jueves, 17 de abril de 2008

RATAS


RATA CAMPESTRE O NEGRA
(Rattus rattus)


FICHA TÉCNICA
Orden: Rodentia.
Familia: Múridos. Subfamilia: Murinos
Género: Rattus
Especie: Rattus rattus (Linnaeus, 1752).
Subespecies presentes: Una única especie en la península ibérica e islas, aún cuando presenta razas o formas geográficas.
Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: entre 7 y 11 cms.
Longitud de la cola: de 9 a 24 cms.
Peso: De 125 a 250 gramos.
Status de la especie: No amenazada.


Roedor de mediano tamaño, que no suele sobrepasar los 250 gramos de peso y que ocupa medios más rurales y menos humanizados que su congénere la rata de alcantarilla o común, también llamada rata parda (Rattus norvegicus), de la que se diferencia por su menor tamaño y mayores orejas. Otro detalle para diferenciarla es su larga cola, formada por característicos anillos escamosos, de forma redondeada y una longitud que supera notoriamente la de la cabeza más el cuerpo.

La rata campestre es originaria del sureste asiático, habiendo ocupado Europa en tiempos históricos probablemente siguiendo al hombre en sus primeras rutas comerciales, aun cuando se estima que ya pudo venir en períodos posteriores a las últimas glaciaciones. Desde Europa y tras el descubrimiento de América se extendió por resto del mundo sirviéndose de los barcos, donde viajaba como indeseado polizón, pasando a ocupar en tierra –fundamentalmente- las zonas portuarias.


De hábitos esencialmente nocturnos, aun cuando no es difícil verla durante el día trepando por árboles o refugiándose entre la maleza. La rata campestre no suele excavar madrigueras subterráneas, sino que suele instalar sus habitáculos en los huecos de los edificios y en las falsas de los tejados, aun cuando también ocupa con sus madrigueras los huecos de las raíces de los grandes árboles y en los lugares húmedos y encharcados para aislarse del suelo y proteger así a su descendencia acondiciona una especie de nidos, parecidos a los de las aves, de forma casi circular y con una abertura lateral, de 30 cms. de diámetro, que suele construir entre la vegetación densa como zarzales, hiedras o cañaverales, aunque también puede construirlos en árboles que cuenten con hojas permanentes y abundantes follaje que los camufle.

La rata de campo es una especie omnívora, que consume cuanto encuentra a su paso, aunque en el campo consume fundamentalmente frutos y granos.

Es un animal sociable, que vive en grupos que suelen estar dominados por un macho, aunque la jerarquía social no está muy marcada. Es frecuente el canibalismo dentro de la especie. Observación de ratas de campo silvestres llevadas a un laboratorio, para el estudio del comportamiento durante la preñez y lactancia, constató que la agresividad de la madre aumentó conforme iba acercándose el parto, el cual se produjo al décimo séptimo día de gestación. Desde que las crías nacieron, la madre se mostró muy celosa y protectora; y nunca rechazó a sus crías a pesar de que estas eran manipuladas diariamente, para evaluar su peso y sus medidas de longitud cabeza-cuerpo. Este mismo estudio destaca que no se presentó canibalismo de las madres a las crías (M. Williams de Castro, A. Castillo y C. Rosas, 2002), por lo que puede estimarse que el canibalismo que se produce en la especie es de otros individuos ajenos a la madre, la que desarrolla la conducta agresiva descrita conforme va aumentando la preñez ante la conciencia del peligro que acecha a su descendencia.

Muy curioso es el fenómeno conocido como rey de las ratas, por el que pueden acabar entrelazándose por la cola varios individuos, normalmente de 3 a 12, aun cuando se ha citado un caso de 32 ejemplares entrelazados (J. Reichholf, 1995), que quedan tan fuertemente entrelazados por alguna desconocida causa que luego no pueden separarse voluntariamente, terminando por morir de hambre y por las heridas que recíprocamente se causan. El origen de este fenómeno, admitido en la literatura científica y constatado incluso en ejemplares cautivos de laboratorio, no es conocido y se ha denominado con el nombre de rey de las ratas por considerarse en la tradición popular que era el rey de las ratas el que las amarraba y colocaba en esta situación como castigo, para controlar la superpoblación de ratas cuando escaseaba el alimento.

Pero si la rata campestre ocupa un lugar en la historia humana, es por estimarse responsable de la llamada peste bubónica o negra, de donde toma su nombre de rata negra, que fue la responsable de la muerte de millones de personas en Europa a mediados del S. XIV. Se calcula entre veinte y veinticinco millones los muertos por esta epidemia, solo en Europa. Se cuenta que uno de los primeros lugares en que se detectó la epidemia fue Sicilia, en el otoño de 1347, donde unos marineros genoveses al regresar de Caffa (Crimea) con pieles de marmota, trajeron la enfermedad que posteriormente fueron extendiendo por los diferentes puertos en que atracaban. Tan solo medio año después, en la primavera de 1348, afectó a las Baleares y poco después a la Península Ibérica y en 1349 afectaba ya a los países del norte de Europa, ocasionando grandes mortandades.

La enfermedad se transmitía a través de las ratas, cuyo agente ere un bacilo originariamente denominado Pasteurella pestis y ahora conocido como Yersinia pestis (aislado en 1894 en Hong-Kong durante una epidemia por el microbiólogo suizo Alejandro Yersin, del que tomó su nombre). El bacilo pasaba al hombre a través de las pulgas que vivían con las ratas y también transportaban la bacteria. Por lo que en realidad se trata de una epizootia de las ratas que se propaga al ser humano por intermedio de los ectoparásitos de estos animales (la pulga de las ratas llamada Xenopsylla cheopis).

Las variedades de ratas afectadas son tanto la rata campestre o negra (Rattus rattus) como la rata parda o de alcantarilla (Rattus norvegicus), aunque fue la primera (la rata campestre) la causante de la epidemia en Europa al no estar en aquélla época (S. XIV) extendida aún por el continente Europa la rata de alcantarilla. En el ser humano, los parásitos propios del hombre como la pulga (Pulex irritans) o el piojo (Pediculus capitis, P. vestimenti) también contribuían a la transmisión y expansión de la enfermedad.

La enfermedad no presentaba una única forma y podía presentarse como una afección pulmonar, que causaba graves insuficiencias respiratorias; como una septicémica (infección generalizada) con hemorragias cutáneas, con placas de color negro azulado, de ahí que se le conozca como peste negra; y, por último había una forma que se conocía como peste bubónica, que era la más frecuente, la que se caracterizaba por la aparición en el cuerpo humano de unos bubones (ganglios linfáticos) en el cuello y la ingle.

El Doctor José Manuel Reverte Coma, de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, resume ilustrativamente este dañino mal indicando como “no ha habido epidemia más terrible en el mundo como la MUERTE NEGRA por la elevada mortalidad que produjo y las consecuencias de todo tipo que trajo consigo en aquel infausto s. XIV, en el que a la peste se unieron el hambre y las guerras”.

El retroceso de la peste bubónica o negra, parece deberse a un cambio de la forma del bacilo Yersinia pestis a otra menos virulenta Yersinia pseudotuberculosis, que actuarían como vacuna, dando un alto grado de inmunidad a la peste (Castells y Mayo, 1993)

Aun cuando se ha constatado en los tiempos actuales una regresión de la población de ratas de campo, sigue siendo abundante. No obstante se considera que las ratas desempeñan un significativo papel en el ecosistema, fundamentalmente al servir de alimento a muchos carnívoros y rapaces, particularmente ahora que por la enfermedad del conejo ha disminuido preocupante la población de este lagomorfo, por lo que su papel en la cadena alimenticia ha sido reemplazado en cierto aspecto por la rata (ver imagen de un turón comiéndose una rata).

DATOS DE LA ESPECIE

Longevidad: Su vida media está en torno a los dieciocho meses, en libertad, mientras que en cautividad puede alcanzar varios años de vida.

Celo: La rata de campo está activa todo el año. Suele tener de tres a cinco camadas por año.

Gestación. La gestación dura de 17 a 21 días.

Época de parto: Esta sexualmente activo a lo largo de todo el año.

Parto: La hembra puede parir de 5 a 16 ejemplares, aunque lo normal son 7 u 8, los que deposita la hembra en el interior de la madriguera o nido, donde acondiciona un lecho con restos de materia vegetal y pelo, naciendo desnudos, con los ojos cerrados, sin pelo y sin capacidad auditiva y pesando tan solo 5 ó 6 gramos.

Duración de la lactancia: Entre 15 y 17 días.

Madurez sexual. Son precoces muy pronto: la hembra es activa sexualmente a las cinco o seis semanas. Los machos precisan unos días más para alcanzar la madurez sexual.

Alimentación. Condicionada a las disponibilidades alimenticias que encuentra, aunque siente predilección por los cereales y semillas, aunque no rechaza insectos, caracoles y restos de materia vegetal. También puede predar sobre nidos de huevos.

Hábitats. La rata de campo, hasta hace unos siglos, dominaban las ciudades, pero al llegar las ratas de alcantarilla (Rattus norvegicus), de mayor tamaño, entablaron una lucha a muerte, expulsándola de las aglomeraciones urbanas y obligándola a adquirir costumbres campestres.

Huellas. Por su poco peso no suele quedar marcadas, ni siquiera en los medios óptimos. Cuando lo hace es de forma difusa, enmarañada y poco clara. La huella del pie posterior, es mayor que la del anterior, teniendo la huella del pie posterior una longitud de 1,5 cms. De largo por 0,5 cms. de ancha. Es también muy característico de la especie los rastros aceitosos, producidos por su piel grasienta, que deja marcados sobre el suelo y lugares por los que pasa habitualmente en sus correrías. Aunque estos rastros de grasa también los deja la rata común o de alcantarilla, sabremos que corresponden a una rata campestre si el rastro de grasa se encuentra en vertical o en un lugar elevado, ya que la rata común es mala treparadora. Uno de estos rastros de rata campestre lo vemos con detalle en una de las imágenes laterales que ilustran esta ficha.

Excrementos: Su forma es alargada siendo ligeramente más gruesos por el centro y la punta redondeada de 9-10 mm. de longitud y 2-3 mm. de diámetro en el centro.

Otros rastros. Los daños apreciados en resto de comida es su mejor rastro. Cuando come cereales, su alimento favorito, no come por completo los granos, sino que ataca a las semillas por un extremo, sujetándolas con las manos y si tiene más no termina de consumir la semilla encontrada, sino que pasa a otra para efectuar similar proceso. En las almendras roe la cáscara de forma difusa e irregular, aunque fundamentalmente por una punta. El cadáver de la rata de campo o su presencia en egagrópilas de aves son otros buenos rastros para asegurar su presencia en un territorio concreto.

Dimorfismo sexual: No aparente, si bien el macho es ligeramente mayor que la hembra. La hembra presenta además cinco pares de mamas, ligeramente apreciables en la lactancia.

Enemigos naturales. El turón, gineta y gato montés son sus principales enemigos. El gato doméstico (Felis catus) también se atreve con ellas, particularmente los ejemplares felinos de mayor tamaño. El hombre también las combate con raticidas.

Curiosidades ecológicas. Se cuenta que fueron las ratas y no los hombres, los que expulsaron a los soldados de Napoleón de Egipto. Kemmerich en su obra Cultura Curiosa (1944) cuenta que por las noches las ratas roían los arreos de cuero de los soldados franceses, de tal modo que los jinetes tenían que ir a pie porque las sillas no se sostenían sobre los caballos. Así mismo devoraban las correas de los fusiles, las cartucheras, las botas y todo lo que tenía cuero, cuando los soldados dormían. Cuando los soldados comían su rancho, las ratas salían de todas partes y se lanzaban hambrientas sobre los platos de los soldados, y aunque mataban a muchas de ellas, las otras seguían comiendo con total descaro, sin inmutarse, lo que quitaba el apetito a los soldados que se negaban a continuar en estos lugares acosados por tan indeseables roedores.

Principales problemáticas. Los daños en alimentos -humanos y de animales de corral- y en los campos de cultivos son las principales problemáticas que se achacan a la rata. La posibilidad de transmitir enfermedades hace también necesario su control.















Rastro de grasa al caminar la rata




RATÓN CASERO
(Mus domesticus)










FICHA TÉCNICA
Orden: Rodentia.
Familia: Múridos. Subfamilia: Murinos
Género: Mus
Especie: Mus domesticus (Rutty, 1772) = Mus musculus domesticus.
Subespecies presentes: Una única especie en la península ibérica e islas.
Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: entre 7 y 11 cms.
Longitud de la cola: de 8 a 15 cms.
Peso: De 15 a 20 gramos.
Status de la especie: No amenazada.
Roedor de pequeño tamaño, de características color gris, de donde proviene la expresión “color gris ratón”, el que aparece siempre asociado al hombre, hasta el punto de que siendo frecuente en aldeas o pueblos, llega a desaparecer cuando estos lugares se deshabitan y falta la presencia humana.

Si en las aves el gorrión (Passer domesticus) aparece asociado al hombre, en los roedores este papel lo ocupa el ratón casero, aunque sea como un incomodo y no deseado compañero, que pese a la secular persecución humana sobre la especie éste se empeña en acompañar al hombre como comensal, formando parte de su literatura y cuentos, de forma que es el animal más citado en la literatura e historias infantiles y por supuesto en los cuentos populares, de los que seguro que a todos nos vienen rápidamente a la mente varios
Hasta fechas recientes se consideraba al ratón casero (Mus domesticus) como una subespecie del Mus musculus (Mus musculus domesticus) si bien los estudios genéticos han puesto de manifiesto su carácter específico, permitiendo clasificarlo como una especie diferente.

Se considera que el ratón doméstico es originario de Oriente Medio y Suroeste de Rusia, de donde se extendió hace aproximadamente 8.000 años, siguiendo las rutas humanas del trigo y de los mercaderes de oriente, habiéndose adaptado a gran variedad de climas, por lo que se le considera como una especie cosmopolita.

Aunque algunos ratones caseros pueden evidenciar algunos hábitos de asilvestramiento por lo general no soporta la presencia de otros competidores naturales y fuera de la presencia humana termina por desaparecer. El ratón doméstico evita la media y alta montaña, así como los bosques y estepas.

Buen nadador y trepador, tiene el cuerpo muy flexible, lo que le permite pasar por lugares de muy poco diámetro. Tiene el olfato y el oído como sentidos más desarrollados.

De actividad fundamentalmente nocturna, que se mantiene durante todo el año, vive en madrigueras que acondiciona en huecos y recovecos que encuentra dentro de las dependencias humanas y corrales, criando entre 3 y 10 ejemplares que nacen ciegos, sin pelo y totalmente indefensos.

El ratón doméstico consume al día 3 ó 4 gramos de alimento, adaptándose a las disponibilidades alimenticias que encuentra, aunque prefiere los cereales y particularmente el queso, lo que siendo conocido por el hombre lo atrae a este alimento para capturarlo. En puridad puede considerarse como de alimento omnivoro, en cuanto que no desdeña ningún alimento, sino que se adapta a comer lo que encuentra. En medios silvestres, donde no se desenvuelve bien, su alimentación puede ser más variada e incluir insectos, raíces, frutos secos y hongos.
DATOS DE LA ESPECIE

Longevidad: Su vida media está en torno a los cuatro a seis meses, en libertad, mientras que en cautividad puede alcanzar varios años de vida. En la literatura científica se cita el caso de un pequeño y popular ratoncito llamado Yoda que residía en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, habiendo vivido más de cuatro años en cautividad, lo que posiblemente lo convierte en el ejemplar conocido de mas edad de su especie.

Celo: Como otros roedores está condicionado por la disponibilidad de alimento, aunque en menor medida en esta especie al vivir al amparo humano, por lo que el ratón casero puede estar sexualmente activo todo el año.

Gestación: La gestación dura 19 ó 20 días (excepcionalmente 24).

Época de parto: Esta sexualmente activo a lo largo de todo el año

Parto: La hembra puede parir de 3 a 10 ejemplares, aunque lo normal son 5 ó 6, los que deposita la hembra en el interior de la madriguera o nido, donde acondiciona un lecho con restos de papel o pelo, naciendo desnudos, con los ojos cerrados, sin pelo y sin capacidad auditiva y pesando tan solo 1 gramos.

Duración de la lactancia: Entre 18 y 20 días, momento tras el que comienza su dispersión.

Madurez sexual: Son precoces muy pronto: la hembra es activa sexualmente a las cinco o seis semanas. Los machos precisan unos días más para alcanzar la madurez sexual.

Alimentación: Condicionada a las disponibilidades alimenticias que encuentra, aunque siente predilección por los cereales.

Hábitats: Marcadamente unidos al hombre.

Huellas: Por su poco peso no suele quedar marcadas, ni siquiera en los medios óptimos. Cuando lo hace es de forma difusa, enmarañada y poco clara. La huella del pie posterior, es mayor que la del anterior, teniendo la huella del pie posterior una longitud de 1,8 cms. En la nieve profunda deja marcado el cuerpo un surco longitudinal.

Excrementos: Similares a los del ratón moruno, aunque siempre en medios humanizados y son más pequeños que los del ratón de campo, alargados y cilíndricos, de 3,5 a 7 mm. de longitud y 1 a 2,5 mm. de diámetro, de color negruzco o pardo, dependiendo del alimento consumido.

Otros rastros: Los daños apreciados en resto de comida, papel o madera que daña al roer con sus incisivos, dejando una acanaladura que no supera los 0,5 cms., es su mejor rastro. Cuando come cereales, su alimento favorito, no come por completo los granos, sino que ataca a gran cantidad de semillas, aumentando así considerablemente los daños. De las almendras no roe generalmente la cáscara, que encuentra muy dura, aunque sí consume sus pepitas, a las que roe parcialmente, fundamentalmente por los laterales. El cadáver del ratón casero, o su presencia en egagrópilas de aves son otros buenos rastros para asegurar su presencia en un territorio concreto.

Dimorfismo sexual: No aparente, si bien el macho es ligeramente mayor que la hembra. La hembra presenta además cinco pares de mamas, ligeramente apreciables en la lactancia.

Enemigos naturales: El ratón doméstico, tiene en el gato doméstico y en el propio hombre sus enemigos históricos y naturales, aunque también lo son las ratas. La lechuza, la rapaz nocturnas más adaptada a medios humanizados, es su principal enemigo.
Curiosidades ecológicas: El ratón casero, particularmente la variedad albina, es muy utilizado en laboratorio. Consideraciones éticas y de sentido común restringen la investigación en humanos para la investigación médica y farmacéutica, por esta razón el uso de animales para experimentación médica viene desempeñando tradicionalmente un importante papel en el campo de la medicina. En este aspecto el ratón doméstico, en particular su variedad albina, viene prestando un importante papel para el hombre en el estudio de las enfermedades y tratamientos. En este caso el ratón doméstico, un compañero molesto para el hombre, le sirve para buscar cura médica a sus males y dolencias. Se estima que el 95% de los animales utilizados en investigación biomédica son roedores, de ellos el 90% ratones y ratas (fundamentalmente ratones), el 2% hamsters, otro 2% cobayas, y el restante 1% son otros roedores (Popka, 2001).

Principales problemáticas: Los daños en alimentos (humanos y de animales de corral) y en la despensa de las casas son las principales problemáticas que se achacan al ratón casero, el que además tiene el vicio añadido de probar muchos de los alimentos que consume, sin terminar de comérselos con lo que aumenta el volumen de los daños. El hecho de que también pueda el, ratón casero actuar como transmisor de algunas enfermedades humanas es otra problemática a tener presente, particularmente en su control dentro de los hogares.



RATA COMÚN O DE ALCANTARILLA
(Rattus novergicus)






FICHA TÉCNICA
Orden: Rodentia.
Familia: Múridos. Subfamilia: Murinos
Género: Rattus
Especie: Rattus novergicus (Berkenhout, 1769).
Subespecies presentes: Una sola especie para la Península Ibérica e islas, aun cuando presenta razas o formas geográficas. Los ejemplares urbanos, por lo general, son de más tamaño que los ejemplares silvestres.
Longitud de la cabeza y cuerpo, sin incluir la cola: entre 17 y 27 cms.
Longitud de la cola: de 15 a 23 cms.
Peso: De 180 a 600 gramos.
Status de la especie: No amenazada.



La rata común o de alcantarilla, también conocida como rata parda por la coloración de su pelo, es un indeseable y molesto roedor, de mayor tamaño que su congénere la rata negra o campestre (Rattus rattus) de la que también se diferencia por su mayor peso, de modo que mientras que esta especie puede alcanzar los 600 gramos de peso, la rata campestre no suele sobrepasar los 250 gramos. Otra circunstancia diferenciadora es que la rata de alcantarilla ocupa medios más urbanos y más humanizados que su congénere la rata campestre o negra, de la que también se diferencia por el menor tamaño de sus orejas (más grandes en la rata campestre y más cortas y gruesas en la rata parda) y por la longitud de la cola, de modo que mientras que en la rata campestre, la longitud de la misma supera notoriamente la de la cabeza más el cuerpo, en la rata parda o de alcantarilla no alcanza nunca esta longitud.

La rata de alcantarilla es originaria de China y de la zona este de la antigua URSS, de donde comenzó a extenderse en épocas relativamente recientes, de modo que en los siglos XVI y XVII ocupaban Centroeuropa y en el siglo XVIII llegó a Francia. Se dice que en el año 1750 llegó a Paris, y de Francia pasó a España en el siglo XIX. También se ha dicho, aunque no es un dato que haya sido contrastado científicamente, que vino acompañando al ejercito de Napoleón en su invasión de España (W. F. Foster, 1972). Actualmente ocupa prácticamente todo el planeta y no hay lugar ni isla habitada que se vea libre de la presencia de esta rata, que se sirve del hombre y de los barcos para viajar y expandirse por el mundo. Actualmente en España la rata de campo ocupa todo el territorio nacional, incluidas las Baleares y Canarias, aunque en cotas no muy altas, ya que a partir de los 1.000 metros de altitud su presencia se enracece, llegando incluso a desaparecer.

La rata común o de alcantarilla es buena nadadora y buceadora, pero trepa mal, por lo que en aquellos edificios en que coexisten ambas especies, la rata campestre suele ocupar las partes altas del edificio (desvanes, solanas y altillos), mientras que la común ocupa las partes bajas (sótanos, cloacas, alcantarillas, desagües, corrales; etc.); aun cuando lo normal es que la rata común, por su mayor tamaño y agresividad, desplace a la rata campestre. De modo que siendo una especie que no es autóctona de nuestra fauna, con poco más de un siglo de presencia de nuestra geografía, es el roedor más abundante de las ciudades, donde se considera que en algunas de ellas hay más ratas que habitantes humanos.

La rata parda o común, es una especie comensal del hombre, por lo que se ve fundamentalmente asociada a la presencia humana, viviendo principalmente de sus desechos y basuras, aunque también hay poblaciones silvestres. En cualquier caso el agua es fundamental en su ecología, de la que ingiere de 17 a 38 ml. diarios de agua (J.C. Blanco, 1998), encontrando su óptimo entre las alcantarillas, de donde adquiere uno de sus nombres comunes, así como en lugares húmedos y bordes de cursos de agua (riberas) con vegetación densa.

La rata común o parda, a diferencia de la rata campestre, es buena excavadora y cuando construye sus habitáculos, acondiciona una o varias entradas de 6-9 cms. de diámetro, normalmente localizables en pendientes del terreno, entre la vegetación. Suelen presentar montones de la tierra extraída en la boca, contando con un sistema de túneles de gran longitud, varias cámaras dormitorio en las que acondiciona camas con pelos, lana, papeles y materia vegetal. Estos refugios subterráneos, también cuentan con túneles ciegos, cuya finalidad es la de distraer a los depredadores que los visiten.

Territorialmente la rata común es muy agresiva y de agrupación social más organizada que la rata campestre, existiendo en la especie objeto de esta ficha una jerarquía social muy definida, aunque fluctuante, al reajustarse por frecuentes luchas internas, en la que hay individuos dominados que se ven obligados a adaptar sus hábitos de vida a esta situación, teniendo incluso que salir a buscar los alimentos a pleno día. Los miembros del grupo se identifican y reconocen por el olor corporal del grupo, común a todos ellos, al tener un olfato muy desarrollado; también tiene un oído muy fino, siendo la vista su peor sentido, no diferenciando los colores, al parecer. En estos encuentros de distintos individuos se desarrollan una serie de posturas de amenaza y/o sumisión, que ponen de manifiesto la exteriorización del status jerárquico dentro del grupo.

Omnívora y oportunista presenta una dieta muy variada, aun cuando en las ciudades se suele alimentar de basura y desperdicios, mientras que los ejemplares más silvestres prefieren cereales y frutos, aunque la carne también forma parte importante de su dieta. Tiene desarrollada la especie una especial cautela y recelo hacía los alimentos nuevos o desconocidos, por lo que los venenos no suelen ser muy efectivos para combatir a la rata común. Se ha comprobado que ante un alimento nuevo la colonia manda a un individuo dominado a que pruebe el cebo, la muerte tras la ingesta pone en alerta a toda la colonia, que relaciona el consumo del cebo con la muerte y evita el cebo, por lo que los tratamientos suelen perder eficacia. Se considera que para que los venenos agudos tengan éxito, es preciso que la mayor parte de la población ingiera rápidamente la dosis letal; para ello se suelen realizar previamente a la colocación del veneno un adecuado cebado de la colonia. En cualquier caso debe tenerse presente que los roedores muertos son un peligro sanitario importante, no solo para el hombre sino para otros ejemplares de la fauna que los consuma, por lo que cadáveres deben ser eliminados, aconsejablemente quemados.

De hábitos esencialmente crepusculares y nocturnos, puede también verse durante el día, particularmente cuando no es molestada, ni existen gatos en las inmediaciones que las persigan.

Aun cuando se ha constatado en los tiempos actuales una regresión de la población de la rata común o de alcantarilla, particularmente por la supresión de basureros urbanos, la colocación de la basura en contenedores herméticos, la supresión de corrales y establos dentro de las poblaciones y la mayor higiene humana. De todos modos sigue siendo abundante y en algunos momentos puntuales, en que se ve favorecida por circunstancias favorables como la presencia desmesurada de basura urbana, se puede constituir en una indeseable plaga.

DATOS DE LA ESPECIE


Longevidad: Su vida media está en torno a los doce meses, en libertad, mientras que en cautividad puede alcanzar los tres años de vida. La mortalidad de la población joven es muy alta, pudiendo alcanzar el 90 y 95 %.

Celo: La rata de alcantarilla está activa todo el año. Suele tener de 5 a 8 camadas por año.

Gestación. La gestación dura de 21 a 25 días.

Época de parto: Esta sexualmente activo a lo largo de todo el año

Parto: La hembra puede parir de 2 a 16 ejemplares (excepcionalmente hasta 22), aunque lo normal son sobre 12, los que deposita la hembra en el interior de la madriguera o nido, donde acondiciona un lecho con restos de materia vegetal y pelo, naciendo desnudos, con los ojos cerrados, sin pelo y sin capacidad auditiva y pesando tan solo de 5 a 10 gramos.

Duración de la lactancia: Entre 17 y 22 días.

Madurez sexual: Son precoces muy pronto: alcanza la madurez sexual entre los 8 y 12 semanas.

Alimentación: Omnívora. En medios urbanos fundamentalmente basura y desechos humanos; los ejemplares más silvestres cereales y semillas, incluyendo en su dieta también la carne, insectos y materiales muy diversos tales como papel, madera, goma, plomo, estaño, plástico, por lo que ocasiona frecuentes daños en las conducciones de agua y de electricidad. La rata común puede ingerir cada día un tercio de su peso.

Hábitats: La rata de alcantarilla llegó a Europa hace tres siglos. Hasta hace unos siglos, dominaban las ciudades la rata de campo (Rattus rattus), pero al llegar las ratas de alcantarilla, de mayor tamaño y agresividad, entablaron una lucha a muerte, expulsando de las aglomeraciones urbanas a la rata campestre y obligándola a adquirir costumbres campestres, quedando la rata común como dueña de las zonas marginales de las ciudades.

Huellas: Por su poco peso no suelen quedar marcadas, ni siquiera en los medios óptimos. Cuando lo hace es de forma difusa, enmarañada y poco clara. La huella del pie posterior, es mayor que la del anterior, teniendo la huella del pie posterior una longitud de 2,5 a 3 cms. de largo por 0,5 a 0,7 cms. de ancho. Es también muy característico de la especie los rastros aceitosos, producidos por su piel grasienta, que deja marcados sobre el suelo y lugares por los que pasa habitualmente en sus correrías.

Excrementos: Su forma es menos alargada que los de la rata campestre, y al igual que éstos ligeramente más gruesos por el centro, pero presentando como característica marcadamente diferenciadora la de que uno de los extremos termina en punta, mientras que el otro tiene forma redondeada. Su longitud normal es la de 12-17 mm. y su grosor el de 6 mm.

Otros rastros: Los daños apreciados en comida, maderas, papeles o tuberías son los mejores rastros. El cadáver de la rata común, particularmente atropellada por vehículos, también nos puede alertar de su presencia.

Dimorfismo sexual: No aparente, si bien el macho es ligeramente mayor que la hembra. La hembra presenta además seis pares de mamas (cinco la rata campestre), ligeramente apreciables en la lactancia.

Enemigos naturales: El turón, la gineta y el gato montés son sus principales enemigos. El gato doméstico (Felis catus) también se atreve con ellas, particularmente los ejemplares felinos de mayor tamaño. El hombre también las combate con raticidas. De las rapaces nocturnas el buho real (Bubo bubo) es el único que se atreve con ellas.

Curiosidades ecológicas: La rata se propaga con una asombrosa rapidez. Las hembras crían cada seis semanas y pueden empezar a hacerlo con tan solo 2 meses, naciendo de cada parto una media de 12 crías. En circunstancias ideales (todos los ejemplares viven y se reproducen) una sola pareja puede tener una descendencia de 35.000 individuos. Por fortuna el canibalismo está muy extendido entre estos roedores y muchos ejemplares –particularmentre los jóvenes- son devorados por sus congéneres.

Principales problemáticas: Los daños en alimentos (humanos y de animales de corral) y en los campos de cultivos son las principales problemáticas que se achacan a la rata, por su capacidad para dañar los alimentos. A nivel mundial se estiman las pérdidas provocadas por las ratas en el 10% de la producción, no sólo por el consumo directo, sino también por la destrucción y contaminación que ocasionan. Algunos estudios han puesto de manifiesto que una rata puede consumir 20 Kg. de grano al año, expeler 25.000 cápsulas de excreta (excrementos) y 6 litros de orina, además de perder millares de pelos, por lo que han sido definidas como “una perfecta máquina de contaminación” La posibilidad de transmitir enfermedades hace también necesario su control.